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Salmos 88. La realidad de este Mundo

 

Todos quienes hemos recibido a Jesucristo en nuestro corazón debemos mantenernos siempre en constante y buena comunicación con el.

David consideraba que tenía una buena comunicación con Dios, día y noche estaba conectado en oración. V 1- 2 “Oh Jehová, Dios de mi salvación, Día y noche clamo delante de ti. Llegue mi oración a tu presencia; Inclina tu oído a mi clamor.

La oración no solo es para pedir milagros y quejarnos constantemente delante de Jesucristo.

A través de la oración podemos expresarle a Jesucristo cuanto lo amamos a pesar de las difíciles circunstancias por las cuales podemos estar pasando.

Las personas que reciben a Jesucristo en su corazón creyendo que esto les evitara problemas y que su vida será un remanso de paz son las que viven en constante desanimo.

Un adagio popular dice: el Amor que se alimenta de regalos, siempre tendrá hambre. Las personas que buscan a Jesús solo por necesidad siempre tendrán necesidad y si sienten que Jesucristo no los satisface pronto lo abandonan.

Es natural que cuando llegamos a los pies de Cristo lo hicimos porque teníamos problemas, lo que no es normal es que lo sigamos buscando por interés y no porque nos llegamos a enamorar.

Para no desanimarnos de buscar a Jesucristo debemos entender que, aunque seamos cristianos siempre tendremos momentos de:

1. Angustia. En algunos momentos pensamos que nuestra vida solo está llena de males y que nada nos sale bien. Salmos 88:3 “Porque mi alma está hastiada de males,
Y mi vida cercana al Seol.

En estos momentos de angustia es donde debemos acercarnos más a Jesucristo y entregarle a el todas nuestras cargas. 1 Pedro 5: 7 “echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros

2. Momentos sin Fuerzas. V 4 “Soy contado entre los que descienden al sepulcro;
Soy como hombre sin fuerza
,” es normal que muchas veces nos sintamos cansados y hasta decepcionados de la vida, Jesucristo mismo tenía momentos donde quería renunciar, pero inmediatamente volvía a conectarse con su padre en oración y era fortalecido.

La oración no solo es para pedir o exigir, la oración es ese momento donde nos conectamos con Jesucristo para sentir su presencia y todo su amor. No ores solo para exigir, ora para agradecer y para contarle la situación que estás viviendo, sin entrar en el campo de las exigencias.

Solo Jesucristo a través de su palabra y a través de la oración nos puede dar nuevas fuerzas para continuar luchando. Isaías 40: 31 “pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.

3.Parese que no hay ninguna salida. V 6 “Me has puesto en el hoyo profundo,
En tinieblas, en lugares profundos
.” Jesucristo es esa luz maravillosa que nos muestra por donde tenemos que avanzar, recuerda que la palabra de dios es como nuestra lumbrera al caminar. Salmos 119: 105 “Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.

4. Nos sentimos solos. V 8,18 “as alejado de mí mis conocidos; Me has puesto por abominación a ellos; Encerrado estoy, y no puedo salir; Has alejado de mí al amigo y al compañero, Y a mis conocidos has puesto en tinieblas” en muchas ocasiones nos parece que todos nos han abandonado, miramos por todas partes y nos parece que no hay nadie quien nos pueda ayudar.

En estos momentos de soledad debemos recordar que Jehová siempre estar con nosotros, no importa si los demás nos abandonan, en Jesucristo siempre podemos confiar. Salmos 27: 10 “Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá.

Recuerda que mientras estemos en este mundo es normal que tengamos dificultades, es imposible no ser afectados por las consecuencias negativas que vive el mundo por estar separado de Dios. Jesucristo no nos quita muchos de nuestros problemas, pero si nos ayuda a resolverlos y nos da fortaleza para continuar.
 
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